Cuaresma y cuarentena ¡a la vez!
Cuaresma y cuarenta… ambas palabras provienen de la raíz “cuarenta” porque tradicionalmente duran cuarenta días. Lo curioso de este año es que hubo cierto traslape entre la cuarentena recomendada por el gobierno mexicano por el famoso COVID-19 y la cuaresma de este año 2020.
La cuaresma es el periodo de cuarenta días antes de la Pascua de Resurrección, en muchas tradiciones cristianas. Se entiende como un tiempo de renovación espiritual, reflexión y purificación en que preparan el corazón al recordar la pasión y resurrección de Jesucristo. En la tradición católica se acostumbra no comer carne, por lo menos los viernes, como cierto tipo de sacrificio. En México tenemos una variedad de ricos guisados típicos de la época, como nopales con habas, huazontles rellenos de queso y tortitas de camarón con mole.
Muchos hacen otro tipo de “ayuno” en esta temporada, por ejemplo de no fumar, no comer dulces y otras disciplinas. Algo más reciente es el concepto de ayunar de las redes sociales, puesto que éstas llegan a ser algo adictivas y a la vez nos tienden a distraer de orar y leer la Biblia.
En México estas costumbres son más comunes entre los católicos romanos, pero en otros países hay muchos cristianos que las practican también. Entre los últimos no se considera que hacer un “sacrificio” les otorgue ninguna bendición especial, ningún perdón de pecados ni nada por el estilo. De hecho, no es bíblico el concepto de hacer penitencia para ganar puntos o favor con Dios. ¡Esto le restaría valor al sacrificio único y suficiente de la muerte de Cristo por nuestros pecados! Sin embargo, al ayunar o dejar algún hábito por un tiempo, podemos dedicar más tiempo a nuestra vida devocional, y hacernos conscientes del hambre espiritual, la cual no se llena con ningún alimento.
El número cuarenta se encuentra varias veces en la Biblia. Según Wikipedia: “La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas y simboliza la prueba por la que pasó Jesús al permanecer durante 40 días en el desierto de Judea, previos a su misión pública. También simbolizan los 40 días que duró el diluvio universal, además de los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto, y las 40 décadas que duró la esclavitud de los hebreos en Egipto”. Moisés estuvo en el monte Sinaí 40 días y 40 noches, en la presencia de Dios, cuando recibió los diez mandamientos. Vemos que todos estos ejemplos tienen que ver con un tiempo de prueba, de preparación y a la vez de cambio.
Lo interesante es que el concepto de cuarentena tradicionalmente implica el mismo número de días, aunque se usa de manera general también. En México muchas mujeres “guardan la cuarentena” después de dar a luz y en algunos casos no salen de casa hasta que termine ese periodo de puerperio. Se considera que el cuerpo de la mujer necesita reponerse de todo el esfuerzo que sufrió para parir. En general los familiares cuidan de ella con especial esmero en estos días y apoyan en los cuidados del recién nacido.
En la medicina, “La cuarentena… es un término para describir el aislamiento de personas o animales durante un período de tiempo no específico como método para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una enfermedad o una plaga”. El término, aunque se basa en la raíz que significa “cuarenta”, realmente no significa ese número de días ya que en la mayoría de las enfermedades el periodo de incubación es menor a cuarenta días.
Este año, en medio de la propagación del coronavirus, coincidieron parcialmente la llamada cuarentena con la cuaresma. Ambos tienen que ver con estar de cierta manera recluidos, aunque en uno de los casos es más bien de forma espiritual. Son o pueden ser tiempos de reflexión, de preparación y de cambio.
En estos días nos han recordado que grandes compositores, autores y científicos aprovecharon alguna cuarentena para llevar a cabo grandes logros. Según un artículo de la BBC, durante la peste de 1665, Isaac Newton “descubrió la idea clave para la teoría de la gravedad, escribió los documentos que serían la base del cálculo y desarrolló sus teorías sobre óptica mientras jugaba con prismas en su habitación”. Boccaccio y Shakespeare escribieron grandes obras durante temporadas de peste.
Un dato curioso es que en algunas partes la cuartena del 2020 empezó el 23 de marzo y se esperaba que durara hasta el 1 de mayo, ¡exactamente 40 días! Como sabemos, después se extendió la fecha.
No quisiera yo sugerir que nos toque a todos convertirnos en prodigios a causa de estos momentos de estar encerrados. Sin embargo, me alegra que muchos están aprovechando estos días para pasar más tiempo con sus familias, jugar, cantar y tocar música, hacer cosas creativas, tomar cursos en línea o aprender nuevas habilidades.
Aun más, es emocionante ver que muchas personas están leyendo más la Biblia, escuchando mensajes edificantes y buscando a Dios, ya que en realidad esta es la forma más eficaz para vencer los temores que abundan a raíz de la pandemia.
Espero que estos días de mayor quietud y meditación traigan liberación espiritual a cada uno de nosotros… y avivamiento a este mundo.